Convertibilidad y erosión del mercado

artículo escrito conjuntamente con Gustavo Arteta


A raíz de las últimas turbulencias económicas y financieras, en el Ecuador se ha notado una clara erosión de la economía monetaria, es decir, el dinero ha perdido parte de su capacidad de servir como medio de pago. Este deterioro del sistema de precios (que ya fue tratado en la Carta Económica del mes pasado) ha abierto el paso a múltiples tipos de intercambios no monetarios: la vieja práctica de la permuta se ha enriquecido con canjes de certificados de depósito por préstamos bancarios, automóviles por certificados de depósito y se ha llegado hasta al trueque de bienes físicos por bienes físicos. En barrios populares de Quito hay verdaderas centrales de intercambio (El Comercio, 20.4.99, B1).

Un sistema de precios eficiente brinda una serie de ventajas a la economía, de manera que es imperativo buscar una solución que bien podría implicar un cambio fundamental a nuestro sistema monetario. Las opciones podrían resumirse en las siguientes:



La convertibilidad

La convertibilidad es un sistema cambiario, en el cual el dinero de una economía está respaldado por reservas internacionales en una proporción fija, es decir los pasivos monetarios del Banco Central deben ser iguales a sus activos externos. Así, la convertibilidad se puede interpretar como un sistema de tipo de cambio fijo especialmente estricto, donde la única fuente de variaciones de la cantidad de dinero son las fluctuaciones de la reserva monetaria internacional.

Por lo tanto, el Banco Central pierde todo poder para controlar las variaciones de la cantidad de dinero en la economía ya que esta depende exclusivamente del saldo de Balanza de Pagos, es decir, la suma de la cuenta corriente (exportaciones menos importaciones de bienes y servicios, incluido el servicio de deuda externa) y de la cuenta de capitales (inversión directa más deuda externa).

Los mayores beneficios de la convertibilidad son la estabilización de precios y la reducción de las tasas de interés. En el caso concreto de la Argentina, la inflación bajó en dos años de 1000% a 3% y las tasas de interés se ubicaron en niveles internacionales.

La mayor desventaja de la convertibilidad es que cualquier shock que afecte al masa monetaria tiene que reflejarse necesariamente en el nivel de actividad del país. Así, en caso de introducirse la convertibilidad en el Ecuador, podría repetirse lo que ya se dio en 1932, cuando el país tenía convertibilidad y por la adversa situación internacional perdió en cuatro años la mitad de su reserva internacional, lo que se reflejó en la pérdida de la mitad de su oferta monetaria. La deflación resultante llevó al país a una recesión que duró hasta la introducción del banano en 1948.

Para poder introducir la convertibilidad monetaria, el país necesitaría cumplir una serie de requisitos que se podrían resumir en los siguientes:

  1. Fijar el tipo de cambio por disposición legislativa para que sea visto por los agentes económicos como permanente. La credibilidad del plan depende también de la confianza que exista sobre la incapacidad de gobierno de cambiar la paridad cambiaria incluso en el largo plazo. Sería imposible introducir la convertibilidad si los agentes económicos consideran factible que en algún momento un dictador suprima la convertibilidad por decreto supremo, como lo hizo Alfredo Baquerizo Moreno en febrero de 1932.
  2. Equilibrio fiscal, no sólo el momento de la introducción del plan, sino también a largo plazo. La dependencia de los ingresos fiscales del petróleo debería ser cubierta por una mejora en la recaudación tributaria para que, incluso ante una caída violenta del precio del petróleo, el Estado pueda mantener sus finanzas libres de déficit.
  3. Un sistema financiero saneado, pues el Banco Central pierde la capacidad de prestar dinero a los bancos en caso de falta de liquidez.
  4. Tener reservas internacionales suficientes para respaldar la base monetaria. Para convertir la base monetaria en dólares de S./10.000 se necesitaría $670 millones. En caso de fijarse el tipo de cambio en S./15.000 (un valor recomendable para evitar una revalorización real del tipo de cambio), bastarían $450 millones de reserva. La RMI al 31 de marzo estaba en $1178 millones.


Este ha sido un análisis resumido de la convertibilidad, una de las opciones para mejorar el funcionamiento del sistema de precios en el Ecuador. Como se puede ver de la revisión de los requisitos básicos, el Ecuador tendría dificultades en cumplir varios de ellos, de manera que se debe analizar también las otras alternativas. Esto lo haremos en los próximos números de Carta Económica.